He acabado con «Campos de Castilla» de Antonio Machado. Leer poesía es complicado y te tienes que centrarte mucho en lo que lees. Yo antes de empezar con un libro (película o disco), me leo una biografía del autor y un análisis del libro, os lo aconsejo, ayuda mucho. En la edición que tengo de Geoffrey Ribbans, viene muy bien para entender lo que Machado quiere expresar, la introducción y las notas al pie de página.
Pero como la ignorancia es atrevida y como soy un aficionado sin más, pues opino, opino y opino:
Se que los autores de la Generación del 98 se hicieron eco en sus obras del pesimismo de la sociedad de esa época en España, como consecuencia del desastre que supuso la pérdida de las últimas colonias. Pero Antonio Machado se lleva el oro en pesimismo, es triste, triste, tristísimo.
Se que los autores de la Generación del 98 se hicieron eco en sus obras del pesimismo de la sociedad de esa época en España, como consecuencia del desastre que supuso la pérdida de las últimas colonias. Pero Antonio Machado se lleva el oro en pesimismo, es triste, triste, tristísimo.
Campos de Castilla marca la evolución poética de Antonio Machado y su clara adscripción a las preocupaciones de la Generación del 98. El poemario nace fundamentalmente de su estancia en Soria (1907-1912), donde ejerció como catedrático de francés y conoció a su esposa, Leonor Izquierdo.
El libro supone un giro hacia lo objetivo y lo social respecto de su obra anterior (Soledades, Galerías, Otros poemas). Machado vuelca en sus versos una doble visión de Castilla: la lírica, que se identifica con su paisaje desolado pero majestuoso y el alma del poeta, y la crítica, que reflexiona sobre la decadencia de España y la miseria de sus gentes. A la edición original de 1912 se añadirían nuevos poemas en la recopilación de Poesías Completas de 1917, influidos por la muerte de Leonor y el contexto sociopolítico europeo.
Temas principales
- El paisaje castellano y la preocupación por España: Machado utiliza el paisaje de Soria, sobrio y austero, como espejo para la reflexión filosófica y patriótica. Castilla, símbolo de una España anquilosada y "miserable y brava", se convierte en el epicentro de la meditación noventayochista sobre el pasado, el presente y el futuro de la nación.
- Lo eterno humano y el tiempo: Continúa la búsqueda de la esencia humana y la angustia existencial ya presentes en Soledades. El paisaje se puebla de símbolos como el camino (la vida), la tarde (melancolía, vejez) y el río Duero (el fluir del tiempo y la historia).
- La evocación y el amor: Tras la muerte de Leonor, se integran a posteriori poemas de una profunda emotividad y lirismo, como «A un olmo seco» o «A José María Palacio», donde la naturaleza se carga de dolorosa nostalgia.
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