En este contexto, Madrid vio renacer algunos focos culturales. Cafés históricos como el Café Gijón o el Café Lion se mantuvieron como lugares de encuentro para escritores de distintas generaciones. Durante los años 50 surgió la llamada “Generación del medio siglo”, un grupo de narradores y dramaturgos (Ignacio Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio, Alfonso Sastre, Carmen Martín Gaite, entre otros) que buscaban retomar el pulso de la vida cultural tras los años más duros de la posguerra.
Uno de los núcleos emblemáticos de esa reactivación intelectual fue una nueva tertulia del Café Lion, organizada y presidida por el bibliógrafo extremeño Antonio Rodríguez-Moñino en la década de 1950. Este café, situado en el n.º 59 de la calle de Alcalá (cerca de la plaza de Cibeles), ya contaba con una rica historia cultural desde su inauguración en 1931. En los años de la II República, el Lion llegó a ser un “crisol ideológico” donde convivían las dos Españas –escritores de izquierdas y falangistas compartiendo espacio. Durante la posguerra inmediata, se volvieron a abrir algunos cafés y finales de los 40 y comienzos de los 50, Madrid comenzó a ver renacer estas reuniones culturales. La tertulia de Rodríguez-Moñino en el Café Lion, activa aproximadamente entre 1950 y 1960, se convirtió en un punto de encuentro clave para una nueva generación de escritores y para diversos hispanistas extranjeros de visita en España.
Breve biografía de Antonio Rodríguez-Moñino y relevancia intelectual.
| Antonio Rodríguez-Moñino |
Durante la Segunda República y la Guerra Civil, Rodríguez-Moñino formó parte de la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, participando en la salvaguarda de libros y obras durante el conflicto. Al terminar la guerra en 1939 fue apartado de la docencia por sus conocidas simpatías republicanas, inhabilitado para cargos educativos y pasó un breve periodo en prisión en 1939. Aunque finalmente absuelto en lo militar, administrativamente se le prohibió ejercer cualquier actividad cultural oficial.
Rodríguez-Moñino continuó trabajando en el ámbito bibliográfico. Fue bibliotecario de la Fundación Lázaro Galdiano y también trabajó en la Biblioteca de la Real Academia Española. En paralelo durante los años 40 publicó numerosos estudios sobre literatura medieval y del Siglo de Oro, así como sobre folclore extremeño, consolidándose como el principal bibliógrafo de su generación. Entre sus aportaciones se cuentan la recopilación Las fuentes del Romancero General (1957) y catálogos y ediciones facsimilares de cancioneros antiguos.
Moñino ejerció de mentor intelectual para jóvenes escritores e investigadores. Volvió a la enseñanza reglada en 1966 y fue aceptado como miembro de número de la Real Academia Española (RAE). Su valedor fue el doctor Gregorio Marañón.
Un hito fundamental en su biografía fue la creación, en 1953, de la Revista Española, una publicación bimestral de crítica y creación literaria que fundó con la intención de dar cabida a nuevas voces y estudios independientes. Rodríguez-Moñino figuraba como fundador y director oficioso, aunque en el consejo de redacción incluyó a tres jóvenes escritores entonces emergentes –Ignacio Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio y Alfonso Sastre– quienes en la práctica dirigieron la revista.
Un hito fundamental en su biografía fue la creación, en 1953, de la Revista Española, una publicación bimestral de crítica y creación literaria que fundó con la intención de dar cabida a nuevas voces y estudios independientes. Rodríguez-Moñino figuraba como fundador y director oficioso, aunque en el consejo de redacción incluyó a tres jóvenes escritores entonces emergentes –Ignacio Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio y Alfonso Sastre– quienes en la práctica dirigieron la revista.
La Revista Española (1953-1954) alcanzó a publicar solo seis números antes de desaparecer. Aun efímera, supuso un intento de renovar el panorama literario: por sus páginas pasaron miembros de la nueva generación de prosistas españoles, como los mencionados Aldecoa, Ferlosio y Sastre, junto a otros colaboradores de prestigio (José Luis López Aranguren, Juan Goyanarte, María Moliner, etc.). Esta revista fue en cierto modo el embrión de la tertulia del Café Lion, ya que el mismo grupo humano que colaboraba en ella pasó a congregarse regularmente en torno a Rodríguez-Moñino en dicho café.
| Ignacio Aldecoa. menoscuarto.es |
En cuanto a su relevancia en el ámbito literario e intelectual, Antonio Rodríguez-Moñino es recordado como el mayor bibliógrafo español del siglo XX y un erudito incansable, pero también como un puente entre generaciones. Su tertulia del Café Lion es muestra de esa labor: Moñino fue el anfitrión que acogió, orientó y propició el encuentro entre jóvenes escritores españoles y renombrados hispanistas extranjeros.
| Rafael Sánchez Ferlosio |
El Café Lion: espacio de sociabilidad cultural madrileña
El Café Lion de Madrid fue uno de los escenarios urbanos más vibrantes para la vida cultural del siglo XX español. Inaugurado el 10 de octubre de 1931, en plenos albores de la Segunda República, el Lion se ubicaba en los números 57-59 de la calle de Alcalá, muy cerca de la Cibeles. Sus propietarios, la familia Gallardo, eran también dueños de otro café homónimo más antiguo, el Lion d’Or, situado unas manzanas más abajo en la misma calle. Para distinguirlos, al nuevo establecimiento se le conoció simplemente como Café Lion (sin acento, y a veces escrito Lyon en crónicas de la época). El local pronto destacó por su amplitud, decoración moderna y ambiente elegante. De hecho, una de sus señas de identidad era el sótano conocido como “La Ballena Alegre” –nombre traducido al español de Zum Lustigen Walfisch, “La ballena jocosa” en alemán–, un refinado salón subterráneo con estética germánica decorado con murales del pintor Hipólito Hidalgo de Caviedes. Este salón íntimo, apartado del bullicio de la planta calle, tendría un papel singular al alojar algunas tertulias.A lo largo de la década de 1930, antes de la Guerra Civil, en sus mesas se gestaron proyectos literarios y se congregaron personalidades de todos los signos ideológicos. Por ejemplo, el ensayista católico José Bergamín frecuentaba el Lion con su círculo, llegando a fundar allí la influyente revista literaria Cruz y Raya en 1933. En torno a Bergamín acudían escritores de la talla de Miguel Hernández, Ramón Sijé o incluso poetas latinoamericanos como Pablo Neruda, quienes colaboraron en dicha revista. Al mismo tiempo, en otra mesa, podía uno encontrar a artistas vanguardistas: el legendario novelista Ramón María del Valle-Inclán pasó por el Lion en sus últimos años, instalado en un rincón donde “recibía” a sus amigos, entre ellos pintores como Rafael Penagos y Anselmo Miguel Nieto. También se sabe que Guillermo de Torre (crítico literario del ultraísmo) y Esteban Salazar Chapela organizaban allí otra tertulia literaria con músicos como Gustavo Pittaluga y escritores como Francisco Ayala.
Lo más llamativo es que, simultáneamente, el Lion albergó reuniones de signo opuesto: en los sótanos de La Ballena Alegre se dieron cita miembros de la Falange. El propio fundador falangista José Antonio Primo de Rivera estableció allí en 1935 un círculo denominado su «corte literaria». Según testimonios, en esos años convulsos era posible ver en el Lion a grupos de izquierdas y derechas “juntos pero no revueltos”. Aquella insólita convivencia de las “dos Españas” bajo el mismo techo, que el Lion simbolizó en la República, se quebró abruptamente con el estallido de la Guerra Civil en 1936. Durante la contienda, como la mayoría de cafés, el Lion cesó su actividad normal.
Lo más llamativo es que, simultáneamente, el Lion albergó reuniones de signo opuesto: en los sótanos de La Ballena Alegre se dieron cita miembros de la Falange. El propio fundador falangista José Antonio Primo de Rivera estableció allí en 1935 un círculo denominado su «corte literaria». Según testimonios, en esos años convulsos era posible ver en el Lion a grupos de izquierdas y derechas “juntos pero no revueltos”. Aquella insólita convivencia de las “dos Españas” bajo el mismo techo, que el Lion simbolizó en la República, se quebró abruptamente con el estallido de la Guerra Civil en 1936. Durante la contienda, como la mayoría de cafés, el Lion cesó su actividad normal.
Tras la guerra el Café Lion reabrió sus puertas en 1939 y trató de retomar la tradición tertuliana. La primera gran tertulia de postguerra que se instaló en el Lion fue “Ocio atento”, fundada en 1939 bajo la presidencia de José María de Cossío y con Manuel Machado como secretario. Esta tertulia reunía sobre todo a poetas y escritores falangistas de la llamada Generación del 36 –Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco– junto a algún veterano del 27 como Gerardo Diego. La tertulia se desarrollaba en el Lion pero, según las crónicas, apenas duró unos ocho meses antes de trasladarse a la Biblioteca Nacional, transformándose en la Academia menor “Musa Musae”.
Pese a ello, el Café Lion siguió albergando encuentros culturales más o menos espontáneos. Durante los años 40 y 50, otras peñas mantuvieron vivo el ambiente. Por ejemplo, en los 40 se menciona la presencia ocasional de miembros de la Real Academia, o incluso conciertos improvisados como el del guitarrista Regino Sáinz de la Maza acompañando lecturas de poemas de Antonio Machado por su hermano Manuel Machado en el Lion. En la década de 1950, el Lion vivió un nuevo esplendor tertuliano. Numerosos escritores jóvenes comenzaban a reunirse allí en sobremesas literarias. El café siguió siendo propiedad de la familia Gallardo, conservando su esencia castiza a pesar del paso del tiempo. Un cronista resalta que entre los años 50 y 80 “se siguieron haciendo tertulias de escritores, intelectuales, artistas, médicos…, incluso conciertos y presentaciones de libros” en el Lion. En ese periodo destacaron dos tertulias concretas: por un lado, la protagonizada por Rodríguez-Moñino y los narradores de la Generación del medio siglo (objeto central de este trabajo); y más adelante, hacia finales de los 60, otra tertulia en la que participaba el profesor Enrique Tierno Galván (futuro alcalde socialista de Madrid) entre otros jóvenes políticos e intelectuales.
El propio nombre “Lion” evocaba esa mezcla de sofisticación cosmopolita (un café con nombre francés y salón alemán) y madrileñismo castizo (punto de encuentro “de toda la vida” en la calle Alcalá). Hacia 1993, el vetusto café cerró definitivamente, víctima de deudas y sanciones administrativas, y poco después reabrió transformado en pub-restaurante irlandés (rebautizado en algún momento como “James Joyce Irish Pub”). No obstante, los elementos históricos, como los murales de La Ballena Alegre, se conservaron como testigos mudos de aquel glorioso pasado tertuliano. Así, el Café Lion pervive en la memoria cultural madrileña.
La tertulia del Café Lion (1950-1960): participantes, desarrollo y temas
La tertulia de Antonio Rodríguez-Moñino en el Café Lion, activa principalmente durante la década de 1950, fue uno de los núcleos intelectuales más fecundos de la posguerra española. Aunque no existe una fecha exacta de fundación, puede situarse su origen alrededor de 1953, coincidiendo con el lanzamiento de la Revista Española y la reunión en Madrid de un grupo de jóvenes escritores que colaboraban con Rodríguez-Moñino. La tertulia no tenía un nombre formal, se la conocía simplemente por el lugar (“la tertulia del Lion”) o se sobreentendía al citar a sus integrantes. Tenía lugar al mediodía, típicamente como tertulia de sobremesa tras el almuerzo, aprovechando la franja horaria en que muchos podían escaparse del trabajo o la universidad. De hecho, las fuentes la denominan la tertulia de sobremesa del Lion presidida por Rodríguez-Moñino. El día concreto de reunión variaba; algunos testimonios la sitúan en fines de semana o varios días por semana. Dado que Rodríguez-Moñino por entonces trabajaba como bibliotecario y los escritores jóvenes tenían rutinas flexibles, es posible que el encuentro fuera frecuente, incluso diario en ciertos periodos.La tertulia contaba con un núcleo fijo de asistentes liderado por el propio Antonio Rodríguez-Moñino. Junto a él se encontraban los tres escritores que formaban el consejo de Revista Española, representativos de la Generación del 50: Ignacio Aldecoa (1925-1969): narrador y cuentista vitoriano. Rafael Sánchez Ferlosio (1927-2019): novelista madrileño (hijo del escritor Rafael Sánchez Mazas), autor de El Jarama (1955), obra cumbre del realismo social. Su esposa, Carmen Martín Gaite, también escritora de la misma generación, habría asistido ocasionalmente; de hecho, Martín Gaite colaboró en la Revista Española. Alfonso Sastre (1926-2021): dramaturgo y ensayista, figura clave del teatro social de posguerra. Sastre aportaba a la tertulia una perspectiva comprometida políticamente (era marxista).
Además de este cuarteto central (Rodríguez-Moñino + Aldecoa, Ferlosio, Sastre), por la tertulia pasaron otros miembros de la generación literaria de medio siglo: Dionisio Gamallo Fierros, José María de Cossío, Pablo Ortiz García “Gaya” y Juan Antonio Gaya Nuño, Josefina Rodríguez “Finn” y algunos más.
Un rasgo distintivo de la tertulia del Lion fue la presencia regular de hispanistas extranjeros invitados, algo poco común en otras tertulias madrileñas de la época. Gracias a la hospitalidad de Rodríguez-Moñino, cuando algún académico extranjero visitaba Madrid para investigar, era llevado al Lion a conocer a los escritores locales. Entre los visitantes ilustres se cuentan: Marcel Bataillon: prominente hispanista francés, Hayward Keniston: profesor norteamericano especializado en literatura española del Siglo de Oro, María Rosa Lida de Malkiel, filóloga argentina, Elías L. Rivers: joven académico estadounidense (más tarde reconocido cervantista), Juan Bautista Avalle-Arce: crítico literario argentino, Edward M. Wilson: hispanista británico de Cambridge, especialista en teatro del Siglo de Oro, Noël Salomon: hispanista francés interesado en la novela picaresca, Georges Demerson: hispanista francés centrado en literatura medieval, F. J. Norton: bibliógrafo británico experto en imprenta española antigua.
Un factor que contribuyó a la longevidad de la tertulia (casi toda la década) fue la relativa estabilidad personal de sus miembros en esos años. Salvo viajes ocasionales (Aldecoa a EE.UU. en 1958, Moñino mismo viajó algún verano invitado al extranjero) y el servicio militar de algunos jóvenes, todos residían en Madrid y tenían disponibilidad. La tertulia debió decaer a partir de 1960, cuando Antonio Rodríguez-Moñino partió a California. Su ausencia, sumada a la muerte prematura de Aldecoa en 1969 fue cerrando el ciclo. No obstante, otros veteranos siguieron frecuentando el Lion en los 60, enlazando con nuevas generaciones (como la de Tierno Galván mencionada). Podemos considerar que la tertulia “clásica” del Lion concluyó a finales de los 50, pero su legado intelectual perduró en la amistad y colaboración entre quienes la integraron.
Papel de la tertulia en el mundo académico, editorial, literario y político.
La influencia de la tertulia del Café Lion trascendió las conversaciones entre sus cuatro paredes y se proyectó en el mundo académico, editorial y literario de la España de mediados de siglo. Puede afirmarse que este grupo actuó como un catalizador cultural, cuyos efectos se percibieron en varias dimensiones.Desde un punto de vista más amplio, la tertulia del Lion jugó un papel crucial en la gestación y consolidación de la Generación del 50 o “del medio siglo”. Este término generacional incluye a escritores nacidos en la década de 1920 que comenzaron a publicar en los 50, caracterizados por un enfoque realista, preocupaciones éticas y estilo sobrio.
Hay que señalar, que la tertulia del Lion no era un foco organizado de oposición política. Ninguno de sus miembros, en los años 50, militaba en partidos clandestinos. Esto la distingue de otras reuniones de intelectuales marxistas que sí se daban en la época (por ejemplo, las tertulias de Rafael Alberti o Pablo Neruda en el exilio, o las de comunistas ocultos en Madrid). En el Lion había simpatías progresistas, pero también un respeto a ciertas formas: todos compartían un amor por la alta cultura española que los alejaba de la propaganda soviética y marxista.
Bibliografía
- Rodríguez-Moñino, Antonio – Papers and Correspondence. Diversos documentos personales (cartas, diarios, apuntes) conservados en la Real Academia Española y en la Bancroft Library, University of California, Berkeley (consultados indirectamente a través de la bibliografía secundaria citada).
- Revista Española (1953-1954) – Colección completa de los 6 números publicados. Madrid-Valencia: Editorial Castalia. (Recurso hemerográfico fundamental, con artículos de los propios contertulios del Café Lion.).
- Ignacio Aldecoa, entrevista de 1955 (publicada en Ínsula, n.º 111, 1956).
- Alfonso Sastre, declaraciones recopiladas en Torres Nebrera, G. Teatro y sociedad en Alfonso Sastre. Madrid: Fundamentos, 1974.
- Josefina R. Aldecoa, memorias Historia de una maestra (Barcelona: Anagrama, 1990) – alusiones a las tertulias literarias de los 50.
- Bataillon, Marcel. Correspondencia con A. Rodríguez-Moñino (1952-1964). [En Ortiz Romero, P. (ed.), Epistolario de Antonio Rodríguez-Moñino, Córdoba: Universidad de Córdoba, 2020].
- Lida, María Rosa. Carta a Enrique Anderson Imbert (1954), citada en Lida, E. María Rosa Lida: correspondencia, Buenos Aires, 2007.
- Tudela, Mariano. Aquellas tertulias de Madrid. Madrid: El Avapiés, 1984. – Obra clave que dedica capítulos a las tertulias del Café Lion (incluyendo la de Rodríguez-Moñino) y a otras reuniones literarias madrileñas del siglo XX. Basada en recuerdos personales y documentación de la época.
- Ortiz Romero, Pablo. Antonio Rodríguez-Moñino: luces y sombras del mayor bibliógrafo español del siglo XX. Córdoba: Editorial Almuzara, 2022. – Reciente biografía académica de Rodríguez-Moñino, muy completa (445 páginas). Incluye capítulos sobre su tertulia y relaciones con escritores jóvenes.
- Real Academia de la Historia (RAH) – Diccionario Biográfico Electrónico, entrada “Antonio Rodríguez-Moñino Rodríguez”. – Síntesis biográfica autorizada, consultada online. Aporta datos verificados sobre su depuración, cargos y fundación de Revista Española, así como su tertulia con hispanistas en el Café Lyon.
- Jurado Morales, José. Las razones éticas del realismo: "Revista Española" (1953-1954) en la literatura del medio siglo. Cádiz: Universidad de Cádiz, 2018. – Monografía que estudia en detalle la revista promovida por Rodríguez-Moñino, su contenido y su cierre, contextualizándola en la generación de los 50 y la censura. Incluye análisis del círculo del Café Lion como consejo de redacción de la revista.
- Brotons Peñasco, Joaquín. “El Café Lion, donde convivieron las dos Españas”, en Lanza Digital, 13 agosto 2017. – Artículo periodístico de divulgación que repasa la historia del Café Lion desde 1931 hasta su cierre. Ofrece detalles jugosos (anécdotas de Primo de Rivera con Lorca, el himno falangista en La Ballena Alegre, etc.) y menciona las tertulias de los 50-60 (Generación del 50 y la de Tierno Galván). Útil como recurso hemerográfico de síntesis.
- AntiguosCafesdeMadrid.com (blog de M.R. Giménez). Entrada: “El Café Lion y su Ballena Alegre” (23 marzo 2013). – Blog histórico que documenta cafés desaparecidos de Madrid. La entrada del Lion aporta datos sobre fechas, decoración, y repasa las tertulias relevantes del local (Bergamín, Valle-Inclán, Ocio atento, etc.). Aunque no profundiza en la tertulia de Moñino, es valiosa por la ambientación y las fotos del lugar (fachada, interior).
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