Ya en la Guerra de Melilla (1909) surge un nuevo grupo de oficiales veteranos de la guerra africana.
Endurecidos por la guerra colonial en el norte de África, despreciaban la vida cómoda y rutinaria de las guarniciones en la Península. A menudo eran hombres de acción, formados en el combate contra las tribus rifeñas en un terreno difícil, que requería liderazgo dinámico. Para ellos, la experiencia de guerra no solo los definía como soldados, sino que también era vista como la vía más legítima para el ascenso en el escalafón militar.
Para ellos, los oficiales peninsulares que se limitaban a las guarniciones nacionales eran a menudo percibidos como burócratas sin la experiencia real de combate que, en su opinión, debía ser el factor determinante en la promoción militar.
Otra parte de oficiales del Ejército Español defendió el sistema de promociones cerradas. Surgen voces contra los ascensos por méritos en el campo de batalla. Gonzalo Queipo de Llano escribió dos artículos, por los que fue sancionado. Curiosamente había sido ascendido a Capitán por méritos en la Campaña de Cuba.➡ De esta forma, según González-Pola, se aprecian ya los primeros signos de una división en el seno del Ejército, entre los “AFRICANISTAS”, y los “peninsulares”, entre los defensores de los ascensos por méritos de guerra, y los que defienden las promociones por orden de antigüedad o escalafón.
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Bibliografía
- “Africanistas y Junteros: El Ejército español en África y el oficial José Enrique Varela Iglesias". Antonio Atienza Peñarrocha.
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