La "Conspiración del Triángulo" ocurrió en febrero de 1816. Fue un intento fallido, de secuestrar o asesinar a Fernando VII con el propósito de restaurar la Constitución de 1812, en un tiempo marcado por la represión hacia los movimientos liberales que siguió al retorno del absolutismo.
Fue urdida con la implicación de una sociedad secreta vinculada a la masonería, bajo el liderazgo del abogado y militar valenciano procedente de la guerrilla, Vicente Richart. En un principio, el plan consistía en secuestrar al rey en un burdel y, acto seguido, proclamar la Constitución de 1812. Sin embargo, los conspiradores decidieron cambiar de táctica: la idea ahora era asesinar a Fernando VII durante uno de sus paseos nocturnos cerca de la Puerta de Alcalá. En esas veladas, el rey solía estar acompañado por su fiel servidor Pedro Collado, apodado "Chamorro", un antiguo aguador de la Fuente del Berro que había conocido en un lupanar, y por el duque de Alagón.
Fernando VII, frecuentaba a una meretriz andaluza conocida como "Pepa la Malagueña". Fue precisamente el humilde cubículo de Pepa, en la calle Ave María, el escenario elegido por los liberales para ejecutar su plan. Sin embargo, dos sargentos de marina, delataron la trama, y así la red se deshizo. Vicente Richart y varios de sus colaboradores fueron arrestados por el capitán Rafael Morales, que se encargó de desarticular el complot y capturar a unos cincuenta sospechosos más.
Richart y su cómplice, el barbero Baltasar Gutiérrez, fueron ahorcados en la Plaza de la Cebada de Madrid el 6 de mayo de 1816. Tras la ejecución, sus cabezas fueron decapitadas y expuestas en la picota situada en el camino de Vicálvaro, un lugar de paseo habitual para la aristocracia madrileña de la época, donde la visión de las cabezas clavadas servía como un macabro recordatorio del precio de la traición.
El nombre de la conspiración se deriva de la estructura organizativa utilizada: los conspiradores operaban bajo un esquema de triángulo, donde cada miembro solo conocía a tres personas dentro de la red. Esta estructura limitaba la cantidad de información que podía ser divulgada en caso de arresto y ofrecía un aire de misterio y secreto que era común en las sociedades clandestinas de la época, muchas de ellas vinculadas a movimientos liberales. Aunque algunos de los participantes eran masones, la conspiración no fue exclusivamente un complot masónico.
El autor Ezequiel Ignacio García-Municio de Lucas, en su tesis *Militares y Masonería*, analiza con gran detalle la conexión entre los militares liberales y las logias masónicas en España, ofreciendo una visión profunda de cómo estas organizaciones influyeron en los movimientos liberales de la época.
Fuentes
- EL MILITARISMO EN LA ESPAÑA DECIMONÓNICA (1808-1874): UN ESTADO DE LA CUESTIÓN. Autor: Cristian Álvarez Suárez
- https://es.wikipedia.org/wiki/Conspiraci%C3%B3n_del_Tri%C3%A1ngulo#:~:text=La%20conspiraci%C3%B3n%20del%20tri%C3%A1ngulo%20fue,proclamar%20la%20Constituci%C3%B3n%20de%201812.
- https://www.timetoast.com/timelines/efemerides-1801-1850-sergio-camero