sábado, 7 de diciembre de 2024

La oposición al General Luque y los ascensos por méritos de guerra. Queipo de Llano en todas las salsas: Manifestación frente a la sede del periódico "La Correspondencia Militar" en Madrid el 12 de enero de 1910.


El periódico "La Correspondencia Militar" se erigió como un centro de oposición al General Luque y a su sistema de ascensos por méritos de guerra. En el contexto de un ejército tensionado por las reformas y la desigualdad en los ascensos, el periódico se convirtió en una voz crítica significativa debido a su influencia y a la capacidad de conectar con ciertos grupos de oficiales descontentos. 

Diversos sectores del Ejército percibieron este sistema como injusto y arbitrario, lo que llevó a una manifestación frente a la sede del periódico en Madrid el 12 de enero de 1910. Aproximadamente 2.300 oficiales de infantería y caballería participaron en la protesta, mostrando su rechazo al favoritismo y a la desigualdad en los ascensos promovida por Luque. La magnitud de esta participación fue significativa, ya que mostró un descontento generalizado entre los oficiales y evidenció la creciente fractura dentro del Ejército. Además, el impacto de esta movilización fue notable en la opinión pública y en la política del momento, aumentando la presión sobre el gobierno.

El sistema de ascensos por méritos de guerra permitía que algunos oficiales ascendieran rápidamente debido a su comportamiento en el campo de batalla, basándose en la valoración de sus méritos durante acciones militares específicas. Este sistema generaba descontento entre aquellos que se sentían perjudicados. El General Luque fue el principal impulsor de este sistema, y las críticas se centraban en su figura y gestión. En este contexto, "La Correspondencia Militar" actuó como un altavoz para los militares descontentos, proporcionando un foro donde expresar su frustración y organizar acciones contra los ascensos.

Reformas del General Luque

El general Agustín Luque y Coca participó activamente en la Revolución de 1868, un levantamiento liberal que derrocó a Isabel II y puso fin al régimen borbónico.

Posteriormente, combatió en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876). Estuvo destinado en Melilla y en Cuba durante la Guerra Hispano-Estadounidense (1898), conflicto en el cual ascendió al rango de general de división.

Luque estuvo además estrechamente vinculado al republicanismo, especialmente a través de su relación con Manuel Ruiz Zorrilla, un destacado líder republicano que desempeñó un papel clave durante el Sexenio Democrático y abogó enérgicamente por la instauración de una república en España. Esta relación reflejaba las inclinaciones políticas de Luque hacia un sistema de gobierno más liberal.

El General Luque, como ministro de la Guerra en el gobierno liberal de Sagasta en marzo de 1901, implementó una serie de reformas militares con el propósito de modernizar y profesionalizar el Ejército español, que en ese momento se enfrentaba a una crisis de estructura y eficiencia tras la pérdida de las últimas colonias en 1898. La derrota en la guerra hispano-estadounidense dejó en evidencia las carencias organizativas, la falta de recursos aportados por el Gobierno y la necesidad urgente de modernizar el Ejército. 

Estas reformas incluyeron la supresión de la "redención en metálico", que buscaba eliminar la posibilidad de que los ciudadanos más adinerados evitaran el servicio militar mediante un pago, garantizando así mayor equidad en el servicio militar. Esta medida tuvo un impacto significativo en la estructura social del Ejército, ya que obligó a las clases altas a participar en el servicio militar. Mientras algunos sectores aplaudieron la medida por su sentido de justicia social, otros la criticaron por afectar a quienes tradicionalmente habían evitado el servicio. Esta medida se consolidó con la Ley de Reclutamiento y Reemplazo de 1912 promulgada durante el gobierno de Canalejas.




Además, la Ley de Bases del Ejército de 1911 resultó fundamental para modernizar la estructura militar, reorganizando sus unidades, mejorando la formación de los oficiales e introduciendo nuevas tácticas y tecnologías alineadas con los estándares europeos. Luque también creó las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, compuestas por soldados indígenas bajo mando español, para fortalecer la presencia militar en el Protectorado español en Marruecos.

Para garantizar suficientes oficiales en caso de conflicto y reducir el número de tenientes profesionales, se estableció una nueva categoría de oficiales de reserva denominados "de complemento". Sin embargo, la cantidad de estos oficiales resultó insuficiente para cubrir las necesidades del Ejército en tiempos de crisis, lo que limitó su impacto en el escalafón militar. 

Finalmente, el restablecimiento del sistema de ascensos por méritos de guerra, que había sido eliminado tras las campañas de Cuba y Filipinas, generó una gran controversia por parte de un sector de oficiales del Ejército que se quejaban de falta de equidad y transparencia. Las Armas facultativas como Artillería e Ingenieros rechazaron esta medida al considerarla poco equitativa y carente de transparencia, temiendo que los ascensos se otorgaran de manera discrecional en lugar de basarse en méritos objetivos.


Queipo de Llano y la manifestación de 1910. Cierre temporal del Círculo Militar

El capitán Gonzalo Queipo de Llano, conocido por su carácter enérgico y su capacidad de influencia entre los oficiales más jóvenes, desempeñó un papel importante en la manifestación del 12 de enero de 1910 contra los ascensos promovidos por el general Luque. Queipo de Llano ya había expresado en varias ocasiones su desacuerdo con las políticas de Luque, y se erigió como una figura clave para canalizar el creciente descontento entre los militares. Su participación en la manifestación lo llevó a ser severamente castigado por el gobierno, siendo condenado a reclusión en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz.

Curiosamente Queipo ascendió a teniente coronel por méritos de guerra 

https://sergio-camero.blogspot.com/2024/10/paso-en-la-revuelta-de-el-raisuni-de.html

También el Círculo Militar fue cerrado temporalmente en 1910 por orden del gobierno de Canalejas, como parte de una serie de medidas para reprimir la disidencia militar. El Círculo Militar era un importante espacio de encuentro para los oficiales, donde se debatían temas relevantes para el Ejército y se fortalecían las relaciones entre ellos. 

Además del cierre del Círculo, se reemplazó al capitán general de Madrid y se arrestó a varios oficiales, incluyendo al director de La Correspondencia Militar. Estas acciones fueron una respuesta contundente para intentar sofocar la creciente insubordinación dentro del Ejército, especialmente en un lugar que se había convertido en el centro de oposición al general Luque.

sábado, 30 de noviembre de 2024

La Expedición a México de Prim ¿Ambición Personal o Deber Nacional? ¿Intereses personales o de España?

El 4 de diciembre de 1861 una flota española con 7.000 hombres partió de La Habana hacia el puerto de Veracruz. Esta expedición, liderada por el general Prim durante el gobierno de O'Donnell, buscaba recuperar la influencia perdida de España en América y, según algunos, restaurar el prestigio nacional en el continente. Sin embargo, más allá de una misión militar, esta historia también refleja la AMBICIÓN PERSONAL de Juan Prim.

En 1861, mientras Estados Unidos estaba inmerso en la Guerra Civil y la doctrina Monroe se encontraba en suspenso, Francia y Gran Bretaña decidieron intervenir en México para derrocar al gobierno de Benito Juárez. El objetivo era instaurar una monarquía con Maximiliano de Habsburgo como soberano, un proyecto especialmente impulsado por Francia. Alegaban que el gobierno de Juárez había cometido agravios contra sus súbditos y que la suspensión del pago de la deuda externa justificaba la intervención. España se unió a esta iniciativa con la esperanza de recuperar parte de su influencia en América Latina.

Curiosamente, durante uno de sus exilios en París, Prim se relacionó con influyentes miembros de la sociedad del Segundo Imperio, donde conoció a Francisca Agüero González, "Paquita", una rica heredera del banquero mexicano Agüero. Aprovechando sus contactos e influencias, Prim logró ser nombrado jefe de la expedición española a México. Y curiosamente, esta misión no solo representaba una oportunidad de gloria militar, sino también una solución potencial a sus problemas financieros, ya que había dilapidado gran parte de la fortuna de su esposa en proyectos fallidos.

El 15 de abril de 1862, durante la Convención de La Soledad, el delegado francés expresó abiertamente el apoyo de su gobierno a los conservadores que se oponían a Juárez y acusó a Prim de tener aspiraciones personales para coronarse como emperador de México. Prim rechazó estas acusaciones y, en una decisión que sorprendió a muchos, ordenó la retirada de las tropas españolas.

La reina Isabel II, que se oponía a la candidatura de Maximiliano al trono mexicano, respaldó la decisión de Prim de retirarse, a pesar del desacuerdo del gobierno de O'Donnell, que deseaba mantener una buena relación con Napoleón III y fortalecer la alianza con Francia.

En última instancia, la expedición a México se convirtió en una historia de ambiciones personales y decisiones políticas complejas. Prim navegó cuidadosamente en el panorama internacional, manteniendo un equilibrio entre sus propios intereses y los de España. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿Qué motivó realmente a Prim? ¿Sus ambiciones personales y la necesidad de reconocimiento, o el deseo genuino de devolver a España parte de su antigua grandeza en América? Cualquiera que haya sido la motivación, su participación dejó una marca significativa en la política del momento, reflejando tanto la ambigüedad de sus intenciones como el complejo equilibrio de poder de la época. 

Su relación con la masonería da para otra entrada en el blog.



Fuentes:

https://www.timetoast.com/timelines/efemerides-1851-1900-sergio-camero

- El militarismo en la España decimonónica (1808-1874). Cristian Álvarez Suárez.

- Militares y Masonería. Ezequiel Ignacio García-Municio de Lucas.

- Militares masones de España. Manuel de Paz Sánchez.


lunes, 25 de noviembre de 2024

General Francisco Serrano "jugando sus cartas a conveniencia y sobreviviendo a los tiempos para lograr mantenerse siempre presente hasta casi el final".

Serrano, con Espartero y contra él, al lado de Narváez primero y después enfrentado, de la mano de O'Donnell posteriormente, “General bonito” de la Reina y una de las cabezas de la Revolución que la derrocó, Regente, Presidente del Gobierno bajo la Monarquía de Amadeo I, Presidente de la República posterior al golpe de Pavía y líder de la Izquierda Dinástica con la Monarquía alfonsina, el suyo fue todo un intenso recorrido por el espectro político, jugando sus cartas a conveniencia y sobreviviendo a los tiempos para lograr mantenerse siempre presente hasta casi el final. Su larga vida e intensa actividad política da para muchos y muy diversos estudios pero, sin embargo, tampoco Serrano alcanzó la popularidad de Espartero o de Prim. UN POLÍTICO DE UNIFORME.

El general Francisco Serrano, conocido por su papel clave en la política durante el siglo XIX, también mantuvo una relación con la masonería, similar a la de otros líderes liberales de su época. Serrano fue masón, al igual que muchas figuras políticas y militares del periodo. La masonería estaba profundamente vinculada al movimiento liberal en España, y Serrano, como un prominente líder liberal, encajaba en este contexto.

Serrano fue una de las figuras más destacadas de la Revolución de 1868 (conocida como "La Gloriosa"), que derrocó a Isabel II. La masonería jugó un papel importante en el apoyo a este movimiento, ya que muchos de sus líderes eran masones.

Después del derrocamiento de Isabel II, Serrano fue nombrado Regente del nuevo gobierno provisional en 1869. Aunque su relación con la masonería no fue tan pública como la de otros líderes, su participación en este grupo facilitó su ascenso dentro de los círculos políticos progresistas, durante su regencia y, posteriormente, como presidente del gobierno con Amadeo I.

Fuentes utilizadas:

- Militares y Masonería, un estudio sobre la influencia de la masonería en el ejército español a lo largo del siglo XIX, que proporciona detalles sobre las conexiones de figuras clave como Serrano y otros líderes militares y políticos.

- Historia del Centro Cultural de los Ejércitos, que analiza la influencia de la masonería y el papel de los militares en la política española, especialmente durante los movimientos revolucionarios del siglo XIX.

https://www.timetoast.com/timelines/efemerides-1851-1900-sergio-camero


sábado, 16 de noviembre de 2024

Miguel Primo de Rivera y la propuesta de cesión del Protectorado.

Miguel Primo de Rivera y la propuesta de cesión del Protectorado.

En marzo de 1917, Miguel Primo de Rivera, en ese entonces Gobernador Militar de Cádiz, propuso un intercambio con Gran Bretaña: "Ceder el Protectorado de Marruecos a cambio de Gibraltar". Esta propuesta fue considerada controvertida y le costó su cargo, siendo temporalmente destituido.

La propuesta se enmarcaba en un periodo de gran descontento dentro del ejército español por la situación en Marruecos. Miguel Primo de Rivera era conocido por su postura crítica sobre la presencia de España en África. Como Capitán General de Madrid, había afirmado que "un solo soldado más allá del Estrecho es perjudicial para España". Primo de Rivera argumentaba que el Protectorado era una sangría para España en términos económicos y humanos, y que su abandono permitiría al país concentrarse en problemas internos.

La propuesta de Primo de Rivera no fue bien recibida por todos. Algunos sectores del ejército se oponían al abandono del Protectorado por razones estratégicas y de prestigio internacional. España tenía compromisos internacionales que le obligaban a mantener el Protectorado, lo que hacía inviable su cesión a Gran Bretaña.

A pesar de su postura inicial, cuando Primo de Rivera llegó al poder mediante un golpe de estado en 1923, se vio obligado a mantener el Protectorado. La presión internacional y la complejidad de la situación en Marruecos le hicieron comprender la imposibilidad de un abandono inmediato.

No obstante, Primo de Rivera implementó una política de repliegue estratégico, conocida como la "Línea Primo de Rivera", con el objetivo de reducir las bajas y concentrar las fuerzas en puntos estratégicos.

Esta política de repliegue fue muy criticada por algunos militares, que la consideraban una derrota encubierta. Finalmente, Primo de Rivera optó por la solución militar, lanzando el desembarco de Alhucemas en 1925, que supuso una victoria decisiva para España y la pacificación del Protectorado.

La propuesta de Miguel Primo de Rivera de ceder el Protectorado de Marruecos a Gran Bretaña a cambio de Gibraltar refleja el clima de crisis y descontento que rodeaba a la presencia española en África a principios del siglo XX. Aunque esta propuesta no se materializó, marcó el inicio de un debate sobre la viabilidad del Protectorado y la necesidad de encontrar una solución definitiva a la cuestión marroquí.

Fuentes: Africanistas. Atienza y Rivera Chamorro.

lunes, 21 de octubre de 2024

La "Conspiración del Triángulo".

La "Conspiración del Triángulo" ocurrió en febrero de 1816. Fue un intento fallido, de secuestrar o asesinar a Fernando VII con el propósito de restaurar la Constitución de 1812, en un tiempo marcado por la represión hacia los movimientos liberales que siguió al retorno del absolutismo.

Fue urdida con la implicación de una sociedad secreta vinculada a la masonería, bajo el liderazgo del abogado y militar valenciano procedente de la guerrilla, Vicente Richart. En un principio, el plan consistía en secuestrar al rey en un burdel y, acto seguido, proclamar la Constitución de 1812. Sin embargo, los conspiradores decidieron cambiar de táctica: la idea ahora era asesinar a Fernando VII durante uno de sus paseos nocturnos cerca de la Puerta de Alcalá. En esas veladas, el rey solía estar acompañado por su fiel servidor Pedro Collado, apodado "Chamorro", un antiguo aguador de la Fuente del Berro que había conocido en un lupanar, y por el duque de Alagón.

Fernando VII, frecuentaba a una meretriz andaluza conocida como "Pepa la Malagueña". Fue precisamente el humilde cubículo de Pepa, en la calle Ave María, el escenario elegido por los liberales para ejecutar su plan. Sin embargo, dos sargentos de marina, delataron la trama, y así la red se deshizo. Vicente Richart y varios de sus colaboradores fueron arrestados por el capitán Rafael Morales, que se encargó de desarticular el complot y capturar a unos cincuenta sospechosos más.

Richart y su cómplice, el barbero Baltasar Gutiérrez, fueron ahorcados en la Plaza de la Cebada de Madrid el 6 de mayo de 1816. Tras la ejecución, sus cabezas fueron decapitadas y expuestas en la picota situada en el camino de Vicálvaro, un lugar de paseo habitual para la aristocracia madrileña de la época, donde la visión de las cabezas clavadas servía como un macabro recordatorio del precio de la traición.

El nombre de la conspiración se deriva de la estructura organizativa utilizada: los conspiradores operaban bajo un esquema de triángulo, donde cada miembro solo conocía a tres personas dentro de la red. Esta estructura limitaba la cantidad de información que podía ser divulgada en caso de arresto y ofrecía un aire de misterio y secreto que era común en las sociedades clandestinas de la época, muchas de ellas vinculadas a movimientos liberales. Aunque algunos de los participantes eran masones, la conspiración no fue exclusivamente un complot masónico.

El autor Ezequiel Ignacio García-Municio de Lucas, en su tesis *Militares y Masonería*, analiza con gran detalle la conexión entre los militares liberales y las logias masónicas en España, ofreciendo una visión profunda de cómo estas organizaciones influyeron en los movimientos liberales de la época.

Fuentes

jueves, 17 de octubre de 2024

Pasó en la revuelta de El Raisuni de 1913. Ascenso de Gonzalo Queipo de Llano a teniente coronel por méritos de guerra.

Ascenso de Gonzalo Queipo de Llano a teniente coronel por méritos de guerra.

En la madrugada del 7 de julio de 1913, las fuerzas de El Raisuni se preparaban para atacar Alcazarquivir. La misión: secuestrar al bajá El Ermiki, un aliado valioso para España, y a su sobrino, el caíd Melali. En aquel rincón convulso del norte de África, las alianzas eran tan efímeras como esenciales.

Entre las Unidades españolas que respondieron al ataque se encontraba la del comandante Gonzalo Queipo de Llano. Era un hombre curtido en numerosas acciones con el Grupo de Caballería de Larache. Ordenó a sus hombres levantarse en el acto; la noche era su aliada y la caballería se convirtió en la punta de lanza de la respuesta. Partieron del campamento con premura, mientras la infantería del Regimiento de Covadonga mantenía al enemigo a raya, resistiendo con firmeza y brindando una cobertura indispensable para la maniobra de Queipo.

El comandante ejecutó un ataque por la retaguardia. Los atacantes no tuvieron otra opción que dispersarse y huir ante la arremetida. Sin embargo, la calma fue efímera. Otra harka enemiga, al percibir el caos lanzó un nuevo ataque sobre el poblado. Queipo de Llano, sin una sola vacilación, espoleó a sus hombres para cargar una vez más. La segunda fuerza enemiga fue rechazada y el comandante ordenó el repliegue hacia Alcazarquivir. 
Pero algunos de sus hombres, desmontados y en una situación precaria, necesitaban ser rescatados. Queipo, sabiendo que no podía abandonarlos, condujo a sus hombres en una tercera carga para salvarlos del acoso enemigo.

Para entonces, la situación era crítica. Apenas cuarenta hombres quedaban a su mando, desgastados pero decididos. Queipo de Llano, con la determinación que lo caracterizaba, les ordenó formar un perímetro defensivo. Allí, en medio de la polvareda y el fuego cruzado, hicieron pie a tierra, formando un círculo, y resistieron a pie firme.
El coste de la operación fue elevado: dieciocho soldados cayeron en combate, y un jefe, tres oficiales, diecisiete soldados y un ascari resultaron heridos, además de un soldado con contusiones. Treinta y cuatro caballos yacían también en el suelo, símbolo de la dureza del combate.

La exitosa defensa llevó a El Raisuni a reconsiderar sus acciones. Alcazarquivir, que había sido el blanco de sus ambiciones, ya no volvió a ser hostigada. Gonzalo Queipo de Llano había demostrado su brillantez como líder y su determinación inquebrantable ante la adversidad. Su actuación le valió el ascenso a teniente coronel por méritos de guerra, un reconocimiento merecido por el arrojo demostrado en aquella noche de julio.

Fuente: "Africanistas y Junteros: El Ejército Español en África y el Oficial José Enrique Varela Iglesias", Tesis Doctoral de Antonio Atienza Peñarrocha.


domingo, 13 de octubre de 2024

Pasó durante la Campaña del Kert de 1911

Ascenso del Capitán José MIAJA Menant a Comandante por Méritos de Guerra

José Miaja Menant más tarde sería Ministro de la Guerra del bando republicano durante la Guerra Civil, se destacó por su valentía y liderazgo durante la Campaña del Kert.

El 20 de septiembre de 1911, el amanecer en la región de Ishafen e Imarufen se presentó con una calma tensa. Las fuerzas rifeñas, en su determinación, se movilizaron desde Talusit con el objetivo de envolver los campamentos españoles. Era temprano, apenas las 6:30 de la mañana, cuando los primeros disparos rompieron el silencio, y el eco del combate resonó en las colinas. Los españoles, al mando de los coroneles Miguel Primo de Rivera y García Gómez, estaban preparados, pero el ataque rifeño fue feroz y persistente. El combate se prolongó hasta la tarde, y a las 16:00 horas, el mando español ordenó un contraataque para desalojar al enemigo de sus posiciones.

Las tropas españolas avanzaron hacia Talusit, situada a la margen derecha del río Kert. Seis compañías del Regimiento de "Melilla", bajo el mando del comandante Dabán, quien falleció en la acción, y del teniente coronel Pahissa, se lanzaron contra las líneas rifeñas. El combate se tornó en una lucha cuerpo a cuerpo, mientras el polvo y el humo llenaban el aire. Finalmente, lograron que las harkas rifeñas se retiraran, obligándolas a cruzar el río.

En este combate, el capitán José Miaja Menant se destacó por su valentía, liderando un asalto a la bayoneta que le valió el ascenso a comandante por méritos de guerra. Las pérdidas españolas fueron menores de lo esperado: un oficial y ocho soldados perdieron la vida, incluyendo dos indígenas, y treinta y ocho más resultaron heridos, de los cuales ocho eran marroquíes.

Este episodio, que forma parte de la Campaña del Kert, fue un ejemplo de los duros enfrentamientos entre las tropas españolas y las fuerzas rifeñas, en su lucha por el control del Rif.


El Coronel Miguel Primo de Rivera Herido Durante la Campaña del Kert

Miguel Primo de Rivera, quien más tarde encabezaría la Dictadura durante el reinado de Alfonso XIII, jugó un papel importante en las operaciones destinadas a asegurar el control de posiciones clave en el Rif, fundamentales para el avance español en la región.

El 7 de octubre de 1911, Primo de Rivera encabezaba el Regimiento de Infantería "San Fernando" nº 11 en una operación que implicaba cruzar el río Kert. La misión era clara: tomar las lomas de Ifratuata, que dominaban el terreno circundante. El avance se desarrollaba con precisión, con una batería de artillería que ofrecía cobertura mientras la infantería cruzaba el río. Sin embargo, cuando la primera de las lomas fue ocupada, la batería quedó demasiado expuesta al fuego enemigo, lo que provocó bajas entre los artilleros.

En ese momento, Primo de Rivera se dio cuenta de que necesitaban un reconocimiento más preciso del terreno. Las lomas eran complicadas, y el enemigo conocía bien el territorio. Se aventuró hacia adelante acompañado por un grupo de áscaris (soldados de la Policía Indígena, reclutados localmente). Durante este reconocimiento, Primo de Rivera fue alcanzado por una bala en el pie derecho y su caballo, abatido por los disparos, cayó, atrapándolo bajo la montura. Sufrió una fractura en el húmero y una luxación de hombro, lo cual le impidió continuar al mando.

Primo de Rivera fue evacuado a Melilla, donde recibió atención médica. Sus heridas eran graves, lo suficiente como para apartarlo temporalmente del frente. 

Las operaciones en Marruecos eran una prueba constante de valor y resistencia. El terreno montañoso del Rif, con sus recovecos y emboscadas, no daba tregua. Los oficiales, conocidos como africanistas, buscaban la gloria y el reconocimiento, pero también sabían que las bajas eran inevitables.

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Bibliografía

- “Africanistas y Junteros: El Ejército español en África y el oficial José Enrique Varela Iglesias". Antonio Atienza Peñarrocha.

viernes, 11 de octubre de 2024

Africanistas y Peninsulares

Ya en la Guerra de Melilla (1909) surge un nuevo grupo de oficiales veteranos de la guerra africana.

Endurecidos por la guerra colonial en el norte de África, despreciaban la vida cómoda y rutinaria de las guarniciones en la Península. A menudo eran hombres de acción, formados en el combate contra las tribus rifeñas en un terreno difícil, que requería liderazgo dinámico. Para ellos, la experiencia de guerra no solo los definía como soldados, sino que también era vista como la vía más legítima para el ascenso en el escalafón militar.

Para ellos, los oficiales peninsulares que se limitaban a las guarniciones nacionales eran a menudo percibidos como burócratas sin la experiencia real de combate que, en su opinión, debía ser el factor determinante en la promoción militar.

Otra parte de oficiales del Ejército Español defendió el sistema de promociones cerradas. Surgen voces contra los ascensos por méritos en el campo de batalla. Gonzalo Queipo de Llano escribió dos artículos, por los que fue sancionado. Curiosamente había sido ascendido a Capitán por méritos en la Campaña de Cuba.

➡ De esta forma, según González-Pola, se aprecian ya los primeros signos de una división en el seno del Ejército, entre los “AFRICANISTAS”, y los “peninsulares”, entre los defensores de los ascensos por méritos de guerra, y los que defienden las promociones por orden de antigüedad o escalafón.

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Bibliografía

- “Africanistas y Junteros: El Ejército español en África y el oficial José Enrique Varela Iglesias". Antonio Atienza Peñarrocha.

La oposición al General Luque y los ascensos por méritos de guerra. Queipo de Llano en todas las salsas: Manifestación frente a la sede del periódico "La Correspondencia Militar" en Madrid el 12 de enero de 1910.

El periódico "La Correspondencia Militar" se erigió como un centro de oposición al General Luque y a su sistema de ascensos por m...