domingo, 29 de diciembre de 2024

Creación de las Juntas de Infantería

Creación de las Juntas de Infantería

La Reforma Militar de 1914 y sus Repercusiones.

En 1914, el Ministro de la Guerra, General Echagüe, Conde de Serrallo, quiso garantizar la capacidad física e intelectual del Cuerpo de Oficiales, especialmente de jefe para arriba, pues la campaña de Marruecos acusaba una proporción de comandantes, tenientes coroneles y coroneles que según algunos, no reunían las condiciones de aptitud necesarias para la guerra, y quiso establecer normas de selección para ascensos, de forma que éstos fueran para los militares más idóneos. Se trataba de establecer un sistema de medir las aptitudes físicas y profesionales de los oficiales a través de pruebas.


Controversias en la Provisión de Destinos y con las Pruebas de Aptitud.

La provisión de destinos era un tema polémico para los militares, a menudo causa de quejas y malestar, ya que se acusaba al Ministerio de la Guerra de favoritismo. Los militares protestaron porque consideraban que su rango era un estatuto adquirido permanente, que no podía ser revocado independientemente de sus aptitudes y competencias. Esta medida soliviantó a muchos, y los oficiales percibieron estas pruebas como un ataque a sus derechos.

El 9 de diciembre de 1915, el ministro de la Guerra, general Luque, retomó el tema de las pruebas de aptitud para el ascenso a jefes, pero curiosamente eximiendo de ellas a los artilleros e ingenieros. 

Los oficiales de infantería se ofendieron por lo que consideraron una injusticia. Luque cedía la iniciativa de ascensos a los capitanes generales. El capitán general de Cataluña, general Alfau, decidió introducir pruebas de aptitud entre todos los oficiales, jefes y generales, que se juzgaron humillantes. 

El asunto se abandonó por un tiempo, pero pasados unos meses Alfau insistió en dichas pruebas. Se estableció que se debía mandar un batallón en instrucción básica, en un solar cercano a la Gran Vía Diagonal, y se sometió a la pruebas a un teniente coronel y dos comandantes de Infantería, que la superaron sin problemas. Dada la afluencia de público, que se entretuvo en hacer chistes y comentarios, los oficiales de Infantería de la Ciudad Condal se ofendieron.


https://www.timetoast.com/timelines/efemerides-1901-1920-sergio-camero


Creación de las Juntas de Defensa

No estará de más recordar el ambiente de Barcelona en esos años, obrerista y nacionalista, y además en esas fechas algunos periódicos catalanes atacaban al Ejército afirmando que los militares iban a África a enriquecerse. 

Cuando Alfau exigió hacer la prueba a jefes de Artillería e Ingenieros, éstos se negaron. El temor de los oficiales de Infantería de verse sometidos a la vejación les llevó a reunirse. Según Mola Vidal, fue el capitán Emilio Guillén Pedemonte quien lanzó la idea de constituir una Junta de Defensa de sus derechos, similar a las que ya habían funcionado para artilleros, ingenieros y Estado Mayor. Cardona afirma que fueron los capitanes Álvarez Gilarránz y Viella Moreno, del Regimiento de Vergara nº 57, quienes fundaron una Junta de Defensa del Arma de Infantería, con carácter de sindicato corporativo, que integraba a todos los oficiales de carrera del regimiento incluido el coronel. 

Otra versión la da el coronel Benito Márquez, quien afirma que los oficiales de infantería se reunían, en 1916, en la Plaza de Cataluña, para discutir sus problemas. Al llevar el invierno y hacerse incómodas las reuniones por el frío, se pensó en crear un comité, con un oficial por cada unidad para realizar reuniones de información, realizándose una de ellas en el cuarto de Banderas del Vergara 57, de donde salió la idea de crear la Junta y notificarlo a toda España.

No es extraño que la protesta surgiera en Barcelona, una guarnición descontenta. Los militares de Barcelona se dieron cuenta de su papel primordial como garantes del orden en un momento en que el obrerismo y el catalanismo iniciaban una ofensiva contra el Gobierno. Estos delegados viajaron y contactaron por toda España, incitando la formación de juntas de oficiales en todos los distritos. En principio no parecieron tener gran éxito.

El 19 de agosto de 1916, el Gobierno presentó en las Cortes un proyecto de reformas militares, en el cual se proponía la desaparición de ascensos por méritos de guerra, los cuales sólo serían posibles por ley extraordinaria aprobada en el Congreso, así como que las condecoraciones serían meramente honoríficas, sin recompensa económica excepto la Cruz Laureada de San Fernando.

En el segundo semestre de 1916, presidía la Junta de Infantería de Barcelona el coronel Benito Márquez Martínez, y actuaba de secretario el capitán Manuel Álvarez Gilarrán, ambos del Regimiento Vergara nº 57. Contaba con el beneplácito del capitán general Alfau, y se redactó un reglamento, de treinta y siete artículos, aprobado en diciembre de 1916, que llevaba adjunto un compromiso de adhesión. Su primer artículo decía así:

“Se constituye la Junta de Defensa de la Escala Activa del Arma de Infantería para trabajar por su mejora y progreso, para mayor gloria y poderío de la patria; para defender el derecho y la equidad en los intereses colectivos y los individuales de los miembros de ella, desde la salida de la Academia hasta el empleo de coronel inclusive. Es decir, todos los oficiales particulares del Arma. 

Es otro de sus fines fomentar el verdadero compañerismo, mutua ayuda y perfecta y legendaria caballerosidad desarrollando estas virtudes en la oficialidad y velando por su decoro y prestigio profesional; persiguiendo con particulares iniciativas y con la ayuda que recabe a los poderes constituidos, por una parte, los medios y facilidades para que pueda adquirir y perfeccionar el oficial las actitudes profesionales; y por otra, para que mejore la situación económica y renazca la interior satisfacción que nace de sus entusiasmos al empezar su carrera y se perpetúa con la confianza en la justicia y equidad con que serán apreciados sus méritos y esfuerzos”.


Fuentes:

“AFRICANISTAS Y JUNTEROS: EL EJÉRCITO ESPAÑOL EN AFRICA Y EL OFICIAL JOSÉ ENRIQUE VARELA IGLESIAS”. TESIS DOCTORAL

Presentada por: Antonio Atienza Peñarrocha

sábado, 7 de diciembre de 2024

La oposición al General Luque y los ascensos por méritos de guerra. Queipo de Llano en todas las salsas: Manifestación frente a la sede del periódico "La Correspondencia Militar" en Madrid el 12 de enero de 1910.


El periódico "La Correspondencia Militar" se erigió como un centro de oposición al General Luque y a su sistema de ascensos por méritos de guerra. En el contexto de un ejército tensionado por las reformas y la desigualdad en los ascensos, el periódico se convirtió en una voz crítica significativa debido a su influencia y a la capacidad de conectar con ciertos grupos de oficiales descontentos. 

Diversos sectores del Ejército percibieron este sistema como injusto y arbitrario, lo que llevó a una manifestación frente a la sede del periódico en Madrid el 12 de enero de 1910. Aproximadamente 2.300 oficiales de infantería y caballería participaron en la protesta, mostrando su rechazo al favoritismo y a la desigualdad en los ascensos promovida por Luque. La magnitud de esta participación fue significativa, ya que mostró un descontento generalizado entre los oficiales y evidenció la creciente fractura dentro del Ejército. Además, el impacto de esta movilización fue notable en la opinión pública y en la política del momento, aumentando la presión sobre el gobierno.

El sistema de ascensos por méritos de guerra permitía que algunos oficiales ascendieran rápidamente debido a su comportamiento en el campo de batalla, basándose en la valoración de sus méritos durante acciones militares específicas. Este sistema generaba descontento entre aquellos que se sentían perjudicados. El General Luque fue el principal impulsor de este sistema, y las críticas se centraban en su figura y gestión. En este contexto, "La Correspondencia Militar" actuó como un altavoz para los militares descontentos, proporcionando un foro donde expresar su frustración y organizar acciones contra los ascensos.

Reformas del General Luque

El general Agustín Luque y Coca participó activamente en la Revolución de 1868, un levantamiento liberal que derrocó a Isabel II y puso fin al régimen borbónico.

Posteriormente, combatió en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876). Estuvo destinado en Melilla y en Cuba durante la Guerra Hispano-Estadounidense (1898), conflicto en el cual ascendió al rango de general de división.

Luque estuvo además estrechamente vinculado al republicanismo, especialmente a través de su relación con Manuel Ruiz Zorrilla, un destacado líder republicano que desempeñó un papel clave durante el Sexenio Democrático y abogó enérgicamente por la instauración de una república en España. Esta relación reflejaba las inclinaciones políticas de Luque hacia un sistema de gobierno más liberal.

El General Luque, como ministro de la Guerra en el gobierno liberal de Sagasta en marzo de 1901, implementó una serie de reformas militares con el propósito de modernizar y profesionalizar el Ejército español, que en ese momento se enfrentaba a una crisis de estructura y eficiencia tras la pérdida de las últimas colonias en 1898. La derrota en la guerra hispano-estadounidense dejó en evidencia las carencias organizativas, la falta de recursos aportados por el Gobierno y la necesidad urgente de modernizar el Ejército. 

Estas reformas incluyeron la supresión de la "redención en metálico", que buscaba eliminar la posibilidad de que los ciudadanos más adinerados evitaran el servicio militar mediante un pago, garantizando así mayor equidad en el servicio militar. Esta medida tuvo un impacto significativo en la estructura social del Ejército, ya que obligó a las clases altas a participar en el servicio militar. Mientras algunos sectores aplaudieron la medida por su sentido de justicia social, otros la criticaron por afectar a quienes tradicionalmente habían evitado el servicio. Esta medida se consolidó con la Ley de Reclutamiento y Reemplazo de 1912 promulgada durante el gobierno de Canalejas.




Además, la Ley de Bases del Ejército de 1911 resultó fundamental para modernizar la estructura militar, reorganizando sus unidades, mejorando la formación de los oficiales e introduciendo nuevas tácticas y tecnologías alineadas con los estándares europeos. Luque también creó las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, compuestas por soldados indígenas bajo mando español, para fortalecer la presencia militar en el Protectorado español en Marruecos.

Para garantizar suficientes oficiales en caso de conflicto y reducir el número de tenientes profesionales, se estableció una nueva categoría de oficiales de reserva denominados "de complemento". Sin embargo, la cantidad de estos oficiales resultó insuficiente para cubrir las necesidades del Ejército en tiempos de crisis, lo que limitó su impacto en el escalafón militar. 

Finalmente, el restablecimiento del sistema de ascensos por méritos de guerra, que había sido eliminado tras las campañas de Cuba y Filipinas, generó una gran controversia por parte de un sector de oficiales del Ejército que se quejaban de falta de equidad y transparencia. Las Armas facultativas como Artillería e Ingenieros rechazaron esta medida al considerarla poco equitativa y carente de transparencia, temiendo que los ascensos se otorgaran de manera discrecional en lugar de basarse en méritos objetivos.


Queipo de Llano y la manifestación de 1910. Cierre temporal del Círculo Militar

El capitán Gonzalo Queipo de Llano, conocido por su carácter enérgico y su capacidad de influencia entre los oficiales más jóvenes, desempeñó un papel importante en la manifestación del 12 de enero de 1910 contra los ascensos promovidos por el general Luque. Queipo de Llano ya había expresado en varias ocasiones su desacuerdo con las políticas de Luque, y se erigió como una figura clave para canalizar el creciente descontento entre los militares. Su participación en la manifestación lo llevó a ser severamente castigado por el gobierno, siendo condenado a reclusión en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz.

Curiosamente Queipo ascendió a teniente coronel por méritos de guerra 

https://sergio-camero.blogspot.com/2024/10/paso-en-la-revuelta-de-el-raisuni-de.html

También el Círculo Militar fue cerrado temporalmente en 1910 por orden del gobierno de Canalejas, como parte de una serie de medidas para reprimir la disidencia militar. El Círculo Militar era un importante espacio de encuentro para los oficiales, donde se debatían temas relevantes para el Ejército y se fortalecían las relaciones entre ellos. 

Además del cierre del Círculo, se reemplazó al capitán general de Madrid y se arrestó a varios oficiales, incluyendo al director de La Correspondencia Militar. Estas acciones fueron una respuesta contundente para intentar sofocar la creciente insubordinación dentro del Ejército, especialmente en un lugar que se había convertido en el centro de oposición al general Luque.

La carta del general Miguel Cabanellas atacando a las Juntas de Defensa después del Desastre de Annual: «Que la Historia y los deudos de estos mártires hagan con ustedes la justicia que merecen».

Las graves carencias del ejército español en Marruecos hicieron que muchos de sus oficiales más relevantes, criticaran fuertemente a las Jun...